martes, 9 de diciembre de 2008

Sentimientos sumergidos

"Para mí, esa súplica es la actitud más profunda a la que agarrarse en los peores momentos de oscuridad. Cuando no puedes experimentar ni el amor ni la esperanza, lo único que te queda es implorar que te amen y que recuperes la esperanza."

(Alan Sparhawk, guitarra y voz de Low)

Las luces sobre el río en calma que se dejaban ver a través del hueco entre los matorrales próximos a la orilla eran casi un presagio. En cierto modo, la música de Low posee esa misma belleza serena en ocasiones, aparentemente distante o fría y, sin embargo, tan intensa, que pueden representar fielmente las luces reflejadas en el agua. El teatro estaba lleno y el frío ya era sólo un recuerdo de los días anteriores, especialmente una vez dentro sentados en las butacas. Comenzaron tocando Úrsula, teloneros para mí desconocidos y propicios para lo que vendría después. Con la voz bastante particular de su cantante y su ritmo pausado, crearon una atmósfera musical muy cálida en la que es difícil no sumergirte, con melodías basadas en varias guitarras y capas de sonidos electrónicos que acaban construyendo la mayoría de las veces melodías de una belleza casi hipnótica por momentos.

Luego salieron Low al escenario, y el trío de Dulluth (ese pequeño pueblo "Minnessotteño" en el que nació también Dylan) empezó de una forma realmente espectacular. Con un final del primer tema que tocaron auténticamente desbordante de energía en una parte instrumental con la guitarra eléctrica y bajo absolutamente desatados y frenéticos, hasta el punto de no dejar resquicio para el aplauso encadenándose a la siguiente canción. Siguieron con algo menos de fuerza (hubiera sido imposible mantenerse así durante todo el concierto) y su ritmo pausado tan característico que a veces "disimula" la intensidad de sus canciones. Porque es un error creer que la intensidad esté en los decibelios o la velocidad con que son tocadas las canciones, y para demostrarlo sólo sería necesario escuchar temas como Murderer o In silence, ambos cargados de una intensidad dificilmente descriptible sin prestarles la atención debida. Hay algo en Low de cierto minimalismo musical, de cierto "perfil bajo" carente de ambiciosas pretenciones, mediante el que despojan a las canciones de cualquier artificio o adorno innecesario, de forma que todo lo que se canta en sus canciones es en cierta forma esencial, intenso, vibrante y emotivo. Y es igual que doten a sus canciones de algo más de energía con la guitarra y el bajo (siempre efectivo y con una presencia bastante notable durante todo el repertorio) como en las ya mencionadas o en uno de sus éxitos de mayor repercusión como es Sunflower (doblemente celebrado por mí xD); o que las desnuden aún más respecto al sonido de estudio, como hicieron con Violent past en una interpretación en la que luce en todo su esplendor la armonía que alcanzan entremezclando sus voces Alan Sparhawk y su mujer Mimi Parker, cuya voz resulta asombrosa tanto haciendo coros como asumiendo el papel principal, llegando casi siempre a poner los pelos de punta al escucharla. Como hicieron por ejemplo en la primera parte de When I go deaf, dentro de un ambiente de respetuoso silencio, casi de fascinación, ante un público totalmente entregado a su actuación para dar paso de nuevo a ese sonido poderoso de guitarra y bajo del que hace gala este trío de músicos en su directo.

Sin duda, un gran concierto de una gran banda en cuya música merece la pena sumergirse, incluso asumiendo el riesgo de quedar atrapados bajo la superficie al deslumbrarnos con el brillo de sus canciones.