miércoles, 16 de marzo de 2011

Ángeles caídos

A veces uno se arrepiente y bendice su ignorancia a partes iguales. Hoy he descubierto una versión de Ángel caído, de Antonio Vega, a cargo de Enrique Morente. Resulta que fue, al parecer, la última canción que grabó antes de caer enfermo y fallecer al cabo de pocos días después. Resulta que esa canción fue grabada como parte de un documental en el que Enrique le canta a poemas de Picasso, y al parecer eligió también esa canción porque está compuesta por Antonio a Van Gogh. Y resulta maravilloso comprobar cómo el arte llama al arte de una forma tan asombrosa, tan hermosa, tan impactantemente estremecedora. Desconozco la obra de Morente más allá de ciertas (magníficas) referencias, pero admiro profundamente la poesía de Antonio. Me entristece no haberle prestado más atención en vida a Morente tras descubrir hoy algo así, pero a la vez me alegra saber que tengo tanto por descubrir de su obra a raíz de una "simple" canción.



¿He dicho simple? Perdón. Nada más lejos de la realidad. Escuchen esta obra de arte. En serio. No se conformen simplemente con oirla. No le den al enlace del vídeo sólo por curiosidad. No. Escúchenla. Siéntanla (cosa que es inevitable hacer si realmente la están escuchando). Se trata de una de las interpretaciones más estremecedoras y artísticas que en estos momentos mi memoria recuerde haber visto. Se trata de don Enrique Morente cantándole a Vincent Van Gogh, a su pintura, al arte, a la música y al genio del propio Antonio en su homenaje al poco de fallecer (siempre se van los mejores, por desgracia). Y todo ello llevándose la canción a su territorio flamenco, fusionando de verdad y no como toda esa gente a la que se le llena la boca hablando de fusión, de estilos, de -en definitiva- simplistas etiquetas. Lo que este hombre hace sobre el escenario no es otra cosa que verdadera y estremecedora música imposible de catalogar, arte en su más pura esencia, sentimiento de verdad, poesía más viva que nunca, latiente, salida de lo más jondo de las entrañas de un auténtico artista.

A veces, en días como hoy, escuchando a Antonio en la voz de Enrique, no hay otra opción que creer en la música, en el arte, en la poesía. Que creer en la idea, más o menos absurda pero cierta -hoy más rotundamente cierta que nunca-, de que una "simple" canción puede hacer de este mundo un sitio un poco, aunque sólo sea un poco, mejor en el que sentir.

Gracias por la (pen)última lección, maestro(s).



(y por sacarme las palabras -dormidas- para hablar de música, de arte, de poesía :)




*foto: en mi mente, al sacarla, recuerdo la Noche estrellada de Van Gogh...




"Veo en el pincel
amarillenta luz, la del café.
Aires del campo que respiran lienzos
y papel.
Lámpara de alcohol,
estrella quieta de tu habitación.
'El cielo con las manos'
dejó de ser una expresión.
Oculto tras el girasol
anida un sueño de impotencia.
Culpable y fiel a tu dolor,
violado por el ángel caído
que vive en el pincel,
peinando trigo, desgarrando piel.
Pintando autorretratos
y así poderse conocer...
Hijo del color
que en el silencio ahogó
su propia voz.
Señor del mundo en el que hoy
vivimos tú y yo.
Oculta en sombras de farol,
se agita oscura la conciencia
culpable, fiel a tu dolor
violado por el ángel caído que
vive en el pincel
peinando trigo y desgarrando piel..."


(Ángel caído.- Antonio Vega)